Edimburgo esconde en sus entrañas una ciudad subterránea de la Edad Media. Con el crecimiento de la ciudad una zona de ésta quedó enterrada. El subsuelo era un conjunto de callejones estrechos y casas amontonadas que no recibían la luz solar ni el agua del del que disfrutaban sus vecinos superiores.

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La falta de higiéne en esta  zona de la ciudad provocó diferentes pesetes y hepidémias. Por ello, los que vivian en la part exterior de Edimburgo decidiórn tapiar las salidad de este subsuelo. De esta forma murieron muchas personas. Entre ellas, es conocida la muerte de una niña, Annie.

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A día de hoy se puedo visitar esta ciudad subterránea. Los que la visitan afirman que se pueden oir las voces y ver las almas de los que murieron allí. Annie, es la fantasma más conocida. Y todos los que visitan el subterráneo de Edimburgo le dejan un juguete en su calle.